domingo, 11 de marzo de 2018

Corrección Actividad 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral


La comunicación oral es una competencia clave en la formación de las personas. Es fundamental para nuestro desarrollo tanto a nivel académico como a nivel personal (diría que incluso psicológico) el saber exponer oralmente nuestras ideas de manera coherente, ordenada y utilizando el registro adecuado. El pensamiento es el inicio del acto de comunicación, pero es al poner palabras al pensamiento cuando el acto de comunicar se ordena y se completa.

Por otro lado, es esencial enseñar a los niños a dialogar y crear situaciones en las que se fomente el intercambio oral de ideas. Es esencial que entiendan que la vía del diálogo es la única adecuada para la solución de conflictos y que interioricen algo tan importante como es el respeto a los demás y a las ideas y opiniones contrarias a las propias.

Además, en los diálogos y debates también hay algo importantísimo a trabajar que es la escucha: para tener un diálogo efectivo hemos de escuchar a los demás porque sino deja de ser un diálogo para ser una sucesión de monólogos. Los niños deben trabajar en la escucha a los compañeros. A pesar de que el diálogo y la comunicación real ya se dan en los niños a partir de los 6-7 años según Piaget, es curioso ver como incluso muchos niños de cursos superiores (4º y 5º de primaria) siguen mostrando un gran egocentrismo a la hora de dialogar, repitiendo ideas ya expuestas por otros o desviando el diálogo hacia anécdotas personales constantemente.

Como actividad para trabajar la comunicación oral en el aula propongo un diálogo acerca de la crueldad, enfocado a niños de 5º o 6º de primaria. Podría proponerse también a niños más pequeños, si bien el enfoque o las reflexiones obtenidas creo que darían menos lugar a un verdadero diálogo sobre el tema.

La crueldad es un concepto que puede dar lugar a muchos enfoques distintos y el diálogo en torno a él puede derivar en argumentaciones muy interesantes. Es una respuesta emocional concreta de satisfacción ante el sufrimiento de otros y no es exclusiva hacia otras personas, sino que puede ser crueldad también hacia los animales. La conversación se iniciará y derivará en lo que los niños vayan decidiendo con sus argumentaciones. Creo que es un tema para el diálogo que puede motivar mucho a los niños de edades entre los 10 y los 12 años porque son capaces ya de ver y reconocer la crueldad en el colegio y en su entorno en general. Es muy frecuente mostrar cierta crueldad en alguna ocasión en la primera infancia (I), según los psicólogos por mera experimentación, por presión del grupo de iguales, por autoafirmación y porque los niños muy pequeños están centrados en sus deseos inmediatos y no reflexionan acerca de lo que puede hacer sufrir a los demás. Sin embargo, los niños más mayores muestran ya otras habilidades: son capaces de intuir lo que hará daño a los demás y por tanto de reconocer la crueldad en sí mismos o en otras personas.   

Para centrar el diálogo voy a usar como herramienta una ficha de filosofía visual para niños de Wonder Ponder (II). En estas fichas hay ilustraciones que invitan a la reflexión y se proponen distintas preguntas para intentar dar “una vuelta de tuerca” al pensamiento.

(Imagen caja Wonder Ponder)





















El planteamiento de la actividad sería el siguiente:


Para el diálogo nos colocamos sentados en las sillas formando un círculo. Es muy común en los colegios que en determinadas horas se hagan “desdobles” con algún profesor de apoyo. Si existe esa posibilidad aprovecharemos ese momento para hacer el diálogo con un número más reducido de alumnos (12-14 niños es un buen número para poder hacer un diálogo de forma más manejable): cada mitad de la clase realizará la misma actividad con un profesor.

Se explica a los alumnos que vamos a dialogar sobre una imagen que mostraremos a continuación y se detallan las normas del diálogo:

  • Respetamos el turno de palabra y no interrumpimos a los demás.
  • Hablamos con respeto.
  • No nos reímos de las ideas de los demás.
  • Utilizamos el lenguaje y el tono adecuado (no utilizamos palabras malsonantes).
  • No repetimos ideas ya comentadas por otros compañeros (escuchamos).
  • Cada idea la argumentamos: damos “el porqué” de lo que estamos diciendo.
Se explicará que es fundamental respetar las normas para el diálogo y que habrá un sistema de tres avisos para aquellos que interrumpan o hablen de forma irrespetuosa. Al alumno al que se le avise hasta tres veces se le sacará fuera de la actividad. 
Es importante que los niños entiendan que antes de hablar hay que pararse a pensar y evaluar lo que vamos a decir y cuándo lo vamos a decir, para que no haya interrupciones y las aportaciones sean relevantes.

(Imagen de Google images)


Es importante recordar las normas del diálogo antes de comenzar y también es útil escribirlas y dejarlas en un lugar visible de la clase.

¿Cómo comenzar el diálogo?

Se muestra a todos los niños la siguiente imagen:

(Imagen ficha Wonder Ponder)




















Lanzaremos la pregunta: ¿Qué vemos en la ilustración?

En este momento sólo vamos a describir lo que hay en la imagen. Podemos animar al niño más tímido de la clase a hablar en este punto, porque es algo a lo que sabemos positivamente que va a contestar bien y no es necesario que emita ningún juicio o idea si esto le cuesta más esfuerzo. Sólo descripción: hay un perro, una lámpara, una niña, un señor…

A partir de aquí ya podemos comenzar un diálogo sobre qué interpretan los alumnos que está ocurriendo en la escena: ¿A dónde van? ¿Tienen prisa? ¿Quién es Arnoldo? ¿Cómo está Arnoldo: triste, contento?

Dejamos que los niños dialoguen sobre la escena, recordando en cada intervención que deben argumentar sus ideas: ¿Por qué crees que Arnoldo está triste?

Es posible que el diálogo se desvíe hacia temas que no son el que queremos tratar. Si todos los alumnos están muy motivados dejaremos que se expresen, pero si es un tema que vemos que puede derivar en algo estéril o que sólo motiva a unos pocos, reconduciremos el diálogo con una nueva pregunta para centrarlo: 
Arnoldo es muy grande ¿Es cruel tenerlo en una casa tan pequeña?

El profesor actuará de moderador, dando la palabra para cada una de las intervenciones. No permitirá comportamientos impulsivos de alumnos que intervienen demasiado, molestan, sólo aceptan su postura y no respetan las reglas de comunicación: no dejará que haya intervenciones reiteradas y atajará cualquier falta de respeto recordando las normas citadas al principio. Si algún alumno sigue sin respetar las normas de intervención después de recordárselo más de tres veces, el maestro le dirá con respeto que debe salir del diálogo y que no puede seguir participando en la actividad.

Como moderador y mediador y para que se de un diálogo real y no una sucesión de intervenciones independientes, el profesor también pedirá durante la actividad la reflexión sobre los comentarios de los compañeros. Es decir: tras nuevas ideas sobre la imagen, lanzará la pregunta: 

¿Qué opináis de lo que ha dicho vuestro compañero?

De esta manera forzamos el diálogo social.

Es posible que el diálogo fluya y no se estanque pero, por si esto ocurre, llevaremos una batería de cuestiones a plantear:
  • Si supieras que los antiguos dueños de Arnoldo lo abandonaron y estos nuevos dueños lo recogieron de la calle ¿cambiaría tu opinión de la escena?
  • Las mascotas tienen “dueños”  ¿Y los niños? ¿Son los padres los dueños de los niños?
  • ¿Pueden ser las personas dueñas de otras personas?
  • ¿Es cruel ser dueño de alguien?
  • ¿Se puede ser cruel sin querer?

La Evaluación


Para evaluar a los alumnos en la actividad, el maestro observará las intervenciones, tomará las notas correspondientes y posteriormente puede utilizar una rúbrica de este tipo, evaluando cada criterio, por ejemplo, del 1 al 5.


Alumno1
Alumno2
Alumno3
Interviene en el diálogo
más de 3 veces



Argumenta sus ideas de forma coherente



Escucha a los compañeros
y no repite ideas ya mencionadas



Nunca interrumpe



Usa un tono
de voz adecuado



Utiliza un vocabulario adecuado



Pronuncia correctamente las palabras al hablar



Utiliza una postura adecuada al hablar



Sus aportaciones son relevantes





Por otro lado, facilitaremos también a los alumnos una autoevaluación, de manera que se sentirán más partícipes en la actividad, conocerán sus puntos fuertes y debilidades y a la vez al maestro le servirá como indicador del nivel de interés de los niños por este tipo de actividades:



Mucho
Regular
Nada

Quiero repetir la actividad más veces,
me he divertido





Me cuesta participar en el diálogo





Cuando participo sé lo que quiero decir pero me cuesta encontrar las palabras





Me molesta cuando los demás opinan distinto que yo





Creo que esta actividad me sirven
para aprender a expresarme mejor





Temas sobre los que me gustaría dialogar





Con la realización de este tipo de actividades se consigue fomentar la participación de los niños en el aula, les ayudamos a desarrollar su capacidad para la expresión oral de los pensamientos y además se intenta que reflexionen y no se queden sólo en ideas superficiales. En mi opinión, las actividades de diálogo deberían realizarse de manera periódica. Es motivador para los alumnos y a la vez les aporta un aprendizaje valiosísimo.


Bibliografía




(II) Mundo Cruel (Ellen Duthie & Daniela Martagón) . Ed Wonder Ponder.

1 comentario:

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